martes, 29 de julio de 2008


Nuestra bebita cumplió sus primeros 3 meses de vida el sábado recién pasado.
Su abuelito Hernán, hace tres meses y dos días antes se había ido tb.
La vida entera estará ligada la vida de nuestra hermosa niña a la de la partida de mi padre.
Sin embargo, y más allá de la natural pena que me da, esta conexión que ellos tienen para siempre me gusta. Es una forma de recordarlo con cariño, con cercanía y de perpetuar su recuerdo en la mente y la vida misma de nuestra hermosa niña.

El sábado del fin de semana pasado, estuvimos con Karen en casa de Gonzalo, futuro padrino de Elenita y por lo tanto, compadre nuestro, junto a Soledad, su esposa. La hija estaba acostadita en la cama matrimonial y subí a ver si estaba despierta. La encontré con sus tremendos ojos, mirando el techo de la habitación. Comencé a "conversar" con mi hija, ante lo que ella respondió con sus ya clásicos "eu" o "agú", que me encantan. Ante eso, comencé a balbucear en su dialecto, moviéndome repentinamente hacia ella, lo que le gustó mucho. A tal punto fue su respuesta satisfactoria, que empezó a carcajearse de lo lindo, ante lo que yo, obviamente, me puse muy chocho, ja.

Me sentía entre sorprendido, orgulloso, feliz, emocionado... muchas cosas juntas, pero todas hermosas. En ese instante de complicidad padre-hija, no pensé en Karencita, sino hasta que ella se asomó a preguntar si la hija estaba despierta o no, ante lo que yo le dije "sí, y ven a ver lo que está haciendo cuando le hago así"... intenté un par de veces que hiciera su carcajada nuevamente y la hija... no lo hizo más, jaja.

Días después, es decir, ayer, después de almuerzo, tomé a la hija en brazos. La tuve sobre mi pierna y luego se la entregué a Karen para que la sostuviera. Al rato, entre la conversación con Karen, me puse a hacerle fiesta a la gordita chica, ante lo que ella respondió con una sonrisita, como casi siempre que no tiene hambre, ja. Pero grande fue la sorpresa, cuando, ante lo mismo que, casi sinpensarlo, le había hecho el otro día en casa de Gonzalo y Sole. Es decir, le balbuceé un poco lo mismo que ella, pero acompañado de una sonrisa mía. Comenzó a carcajearse de una forma muy, pero muy linda, y no una sola vez, sino que unas 7 veces seguidas, ante la felicidad , emoción, alegría, orgullo, y una explosión de emociones juntas que sentimos. Karen y la señora Carmen fueron testigos de las bellas sonrisas y carcajadas de nuestra pequeña.

Bueno, eso les quería contar sobre la hija, por ahora.

Ah... con Karen estamos empezando a emprender una iniciativa comercial, para juntar nuestras chauchas y poder tener un ranchito donde vivir más adelante. Por el momento es un pequeño servicio de cafetería al escritorio.

Un abrazo.

Chauzzz

Iván

No hay comentarios: